La bolsa americana está alejada de la economía real. Otra vez. La última vez fue en 2008, antes de la crisis. Y la anterior, en el 2000, antes de la crisis.

Lo que voy a contar aquí parece complicado, pero no lo es.

El indicador de Warren Buffet no es nada más que una división entre dos cosas. Arriba está la capitalización total de la bolsa y abajo el PIB del país. La capitalización total de la bolsa es el número de acciones en circulación por sus precios, o en otras palabras, el valor de la bolsa de Estados Unidos.

Este indicador trata de dar una visión aproximada de la diferencia entre el valor de lo que producen y el valor de las acciones de estas empresas. El valor de lo que producen depende de la marcha de la economía real, mientras que el valor de las acciones depende del estado de las finanzas.

La situación actual es preocupante, pues el indicador apunta a una sobrevaloración de las acciones en un 170%, es decir, que las finanzas se han alejado de la economía real por un buen trecho.

Este indicador ha sido capaz de predecir anteriores crisis económicas como la burbuja de internet en el 2000 o la crisis económica del 2008. Los mismos episodios se repiten y todo indica que estamos a punto de entrar en una perturbación económica importante.

Warren Buffet es uno de los hombres más ricos del mundo y ahora mismo tiene su dinero apartado; no sé cuántos millones de dólares esperando en su caja fuerte (figurada) hasta encontrar un lugar en el que invertir. Para él, la bolsa está en una espiral especulativa que sube los precios de las acciones por encima de lo que valen en la realidad. En algún momento caerán los precios y la gente perderá todo su dinero. Las acciones no pueden subir para siempre.

Muchos están cometiendo el error de dejarse llevar por la euforia general.

Habían retirado su dinero porque pensaban, como Buffet, que estaban sobrevaloradas. Pero llevan tanto tiempo subiendo que muchos de estos pequeños inversores están volviendo al mercado comprando a precios mucho más altos, sin darse cuenta de que son ellos los que van a perder el dinero. Cuando la burbuja esté a punto de explotar, los grandes fondos saldrán del mercado (siendo ellos seguramente los que hagan explotar la burbuja al retirar su dinero) y los pequeños inversores se quedarán atrapados.

Cuando los peces grandes dejan de jugar, el juego deja de ser atractivo y los peces pequeños, que habían invertido sus ahorros para poder participar, se quedan con juguetes que ahora ya no valen nada.

Warren Buffet habla mucho de este tipo de actuaciones. Parece que la mayoría de la gente no invierte, sino que especula con las acciones.

Invertir es tener una estrategia de largo plazo para apoyar los proyectos de una empresa.

Especular es comprar acciones porque el resto de la gente cree que esta empresa es buena y su precio va a aumentar.

Invertir es confiar en una empresa pese a los baches que puedan surgir en el corto plazo.

Especular es salir corriendo en cuanto algo sale mal.

El inversor es una persona que piensa de forma independiente y que no tiene miedo de ir a contracorriente si encuentra las razones suficientes para ello.

El especulador se acobarda porque su pensamiento está poco definido. Piensa como una oveja y sigue al resto del rebaño allá donde van, muchas veces sin darse cuenta de ello.

En un momento como este los especuladores pierden todo su dinero y se mueren de estrés, porque no saben calibrar de forma independiente el estado del mercado y las acciones. La sociedad manda continuamente mensajes contradictorios que les vuelven loco. No saben a quién seguir.

El inversor está tranquilo porque los principios fundamentales en base a los que actua no dependen de la coyuntura económica. Perderá dinero, pero conoce sus limites y no se culpa en exceso. Así también ocurre cuando gana dinero, no se emociona en exceso y actua con la mayor reserva.

Warren Buffet es probablemente el inversor más exitoso de la historia y aun así la gente sigue creyendo que puede ser más listo que él. Casi siempre se equivocan, pero el tiempo pasa y a la gente se le olvida. El indicador que lleva su nombre es un aviso de que las finanzas están desconectadas de la realidad. Nadie parece escucharle, siguen creyendo poder obtener beneficios de la siguiente subida de la bolsa. Hasta que esa subida sea una bajada, y todos perdamos.

Daniel Alonso Viña
27.11.2020