Creo que voy a leer este libro muchas veces antes de morirme. Se titula Hiperión, del autor Friedrich Hölderlin. Fue publicado por primera vez en 1797. Aquí les presento las cinco frases y párrafos que me han hecho pensar durante días.

  1. "—Cuando contemplo a un niño—, exclamó, —pienso lo ignominioso y corruptor del yugo que ha de llevar y que vivirá en la indigencia, como nosotros, que preguntará, como nosotros, por lo bello y lo verdadero, que acabará por pasar sin dar fruto porque estará solo, como nosotros, que..., ¡oh! sacad a vuestros hijos de la cuna y tiradlos al río, al menos para sustraerlos a vuestra vergüenza!—."

No se puede tener una mirada más trágica del mundo que la sostiene este extraño, este ser etéreo e imposible que es el protagonista de la novela. ¡Tiradlo al río!, pues no hay nada en esta tierra que merezca la pena, y es una irresponsabilidad nacer a un niño en un mundo como este, vago y sin futuro. Un poco radical, pero puedo entender a que se refiere. Yo no tiraría a mi hijo al río, pero mentiría si dijera que no pienso en la responsabilidad que tenemos como padres a la hora de traer a un niño que va a vivir en peores condiciones que sus progenitores. El estado de la Tierra de nuestros hijos será peor que el actual. La responsabilidad para con ellos es un tema de conversación cada vez más común en la sociedad, al menos entre mis círculos.

  1. "Me parece que tú concedes demasiado poder al Estado. Este no tiene derecho a exigir lo que no puede obtener por la fuerza. Y no se puede obtener por la fuerza lo que el amor y el espíritu dan. ¡Que no se le ocurra tocar eso o tomaremos sus leyes y las clavaremos en la picota!¡Por el cielo!, no sabe cuánto peca el que quiere hacer del Estado una escuela de sus costumbres. Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, lo ha convertido en su infierno."

Cuántas veces el Estado, en cualquiera de sus formas, ha intentado forzar la creatividad y el ingenio a unos ciudadanos que lo que necesitan es libertad, no órdenes o dinero. Con estrepitoso resultado, pues las semillas del progreso no se pueden transplantar con tanta facilidad como a algunos les gustaría.

  1. "La muerte es una mensajera de la vida, y el hecho de que durmamos ahora en nuestros hospitales es señal de que pronto nos despertaremos sanos. ¡Entonces, entonces seremos; entonces habremos encontrado el elemento de los espíritus!."

Me ha parecido que esta frase encaja perfectamente en el momento actual. No sé a qué se refiere con lo de los espíritus, pero aún así, a tope con ello. La vida existe porque también existe su contrario, la muerte, y la felicidad de la primera no existiría sin la tristeza de su hermana, sin la muerte silenciosa que amarga la vida y entristece el alma. Todo es como debe ser.

  1. "Es una extraña mezcla de felicidad y de melancolía la que sentimos cuando se hace tan evidente que a partir de entonces viviremos siempre una existencia fuera de lo común.”

Esta frase estaba destinada a hablar por un solo individuo, pero creo que en estos momentos habla de toda la sociedad. La vida que teníamos antes ha desaparecido, y nuestro corazón reconoce con pena y con nostalgia que el pasado se ha ido para no volver. Al mismo tiempo, la esperanza surge de los recovecos más inusitados de nuestros corazones. Sólo sobre las cenizas se puede construir con éxito la casa del futuro.

  1. "El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.”

No he conseguido comprender esta frase en toda su plenitud. Creo que el hombre es un dios cuando sueña porque soñando se inventó a dios. También pienso que el hombre es un dios cuando sueña porque es entonces cuando se expone al absoluto potencial de su persona. Soñar es pensar en lo que queremos ser. Esa es la forma que tiene el cerebro de enfrentarnos a las expectativas que tenemos de nosotros mismos. Es una batalla, un enfrentamiento, entre quién somos y quién queremos ser, y en esa batalla hay que tomar una decisión, ser dioses o seguir siendo nada. Perseguir ese ideal imposible que sólo vemos nosotros, o conformarnos con la realidad. Por eso, el hombre que se atreve a soñar asumiendo todas las consecuencias del acto, sin vergüenza y sin timidez, se acerca en su similitud con dios, porque lo puede todo y nada se le resiste.

Respecto a la segunda parte de la oración, me resulta complicado entender lo que trata de decir. Quizás sea demasiado pronto para mí. Quizás alguien pueda iluminarme a este respecto. El hombre reflexiona, pero creo parte de este reflexionar involucra también el soñar. No me parece que soñar sea nada más que reflexionar seriamente sobre lo aparentemente imposible. No sé. A lo mejor el mendigo y el dios habitan en el mismo hombre de forma simultánea. Cada uno debe sacar sus propias conclusiones.

Daniel Alonso Viña

27.12.2020